Siracusa, situada en la costa jónica de Sicilia, es descrita por Cicerón como la mayor y más bella de las ciudades griegas. Desde 2005 su centro histórico es Patrimonio de la UNESCO.
En las calles del noble casco antiguo de Ortigia, preciosos testimonios evocan el esplendor de la antigua Grecia y llevan gradualmente al visitante a través de las épocas sucesivas. Romanos, bizantinos, árabes, normandos, suevos, angevinos y aragoneses, todo el mundo ha escrito en Siracusa una página de la historia. Sin embargo su nombre evoca su pasado griego, cuyo símbolo es, sin duda, el teatro, el monumento más famoso de la ciudady uno de los más grandes de la antigüedad, totalmente excavado en la roca. El Teatro de Siracusa se encuentra en el parque arqueológico de Neapolis. En la Latomia de Paradiso esta la célebre «»Oreja de Dionisio»», una enorme cueva cuya forma se asemeja a la de un pabellón auditivo. Fue Caravaggio, que llegó a Siracusa a principios de 1600, quien le dio el apodo a la cueva.
Sin duda en su provincia hay mucho para descubrir: desde el sontuoso barroco de Noto hasta la belleza de las playas de La Marchesa y de Cala Mosche, desde la naturaleza mezclada a la historia más antigua de la necrópolis rupestre de Pantalica, hasta la hermosa aventura del senderismo en las impactantes golas del rio Cassibile y de los «»Laghetti d’Avola»».